Trinidad Cuba : 500 años de sabor

Mezcla de cocinas, mezcla de razas, mestizaje de culturas, un rico caldo de civilización burbujeando en la cocina caribeña. Trinidad, en Cuba, Patrimonio de la Humanidad, no sólo posee uno de los conjuntos históricos mejor conservados del país, sino también un patrimonio inmaterial de incalculable riqueza.

Pasear por sus sinuosas calles, pavimentadas con encaladas piedras calizas de tosca talla de principios del siglo XIX, es adentrarse en un mundo donde la imaginación popular desborda lo posible y lo imposible. Numerosos testimonios confirman el asombro de los visitantes ante tantos detalles que conviven en una singular armonía epocal, haciéndose aún más delirante cuando, en cualquier esquina, aparece un vendedor ambulante entonando un improvisado pregón que invita a degustar un rico pan caliente, panetelas chorreantes de almíbar y cubiertas de rizados merengues, o las sensuales frutas tropicales de pulpa dulce y jugosa.

Fruto de una antiquísima tradición culinaria y comercial, el pregón provoca todos nuestros sentidos. Desde las primeras luces del alba, el panadero trinitario comienza a despertar al vecindario con su insistente llamada a degustar el sagrado alimento.

La alimentación, elemento inseparable del desarrollo humano, se ha adaptado a lo largo del tiempo a las características socioeconómicas y culturales de cada nación. Trinidad en Cuba, importante reservorio de historias, leyendas y tradiciones, conserva, en la memoria colectiva de su pueblo, un amplio repertorio de recetas culinarias, hijas del complejo tejido cultural formado a lo largo de sus 500 años de existencia.

Explorar Trinidad

Trinidad, en Cuba, es una ciudad que vive actualmente su segundo auge económico de la historia. El primero se produjo en la primera mitad del siglo XIX, cuando era uno de los centros azucareros más prósperos del país. El segundo se debe a la creciente afluencia de turistas que acuden a conocer los relevantes testimonios arquitectónicos construidos o consolidados en la ciudad y el Valle de los Ingenios durante aquella época de esplendor que, por azar de la historia y a diferencia del resto de las poblaciones cubanas, quedó congelada en el tiempo. La singularidad de esta ciudad deriva precisamente de la conservación de sus monumentos, sus espacios urbanos y sus calles empedradas. Esto permite al visitante sentir que se adentra en el pasado, sin rupturas con el presente, representado por la presencia de sus habitantes. Eso tiene un encanto único.

La ciudad de Trinidad, en Cuba, está situada en un lugar privilegiado elegido en la antigüedad por la población prehispánica. Al norte, la rodea la sierra de Guamuhaya, llamada así por los nativos del territorio; al sur, las aguas del mar Caribe; al este, el valle de San Luis o de los Ingenios; al oeste, los ríos que fluyen desde la sierra hasta el mar. En la sierra, se puede disfrutar de las instalaciones del complejo turístico Topes de Collantes, que proporciona un formidable encuentro con la naturaleza. En el Valle de los Ingenios se conservan los testimonios industriales y arquitectónicos del desarrollo azucarero del siglo XIX, entre los que destacan ejemplos tan relevantes como la torre del Ingenio de Manaca Iznaga y los restos del ingenio de San Isidro de los Destiladeros. En la ribera, podrá adentrarse en el bosque hasta llegar a la cascada de la Javira, acompañado por el canto de las aves, y hacia el mar, encontrará maravillosos fondos marinos, piscinas naturales en sus arrecifes y hermosas playas, donde se ubican magníficos hoteles y un puerto deportivo para el disfrute de actividades náuticas.

Es fácil comprender el interés que ha suscitado un lugar que lo ofrece todo: un centro histórico de altos valores patrimoniales, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988, y los atractivos de un entorno natural excepcional de montañas, ríos, playas y montes. La cerámica, el lino, el textil, las artes plásticas y la música son otros de los muchos atractivos de una ciudad única y auténtica, cuyos habitantes le reciben con la proverbial amabilidad y cortesía de tiempos pasados.

Centro histórico de Trinidad

EL CENTRO HISTÓRICO URBANO

Se compone de 48.5 hectáreas, con 93 manzanas y 1224 edificios, y es precisamente el área urbana registrada y declarada Monumento Nacional en 1978 y Patrimonio de la Humanidad en 1988; representa 16% del área de la ciudad, la cual aparece delimitada por las calles, al norte, Santa Ana que se extiende hasta Amargura hasta la Plaza de los Tres Cruces; al oeste por el callejón de Torneros hasta la calle Encarnación, tomando a San José, para continuar al sur por la calle Nueva hasta empalmar con la calle Boca, tomando luego Jesús María y continuando al este hasta San Procopio, empalmando nuevamente con Santa Ana.

VALORES ARQUITECTÓNICOS

La opulenta arquitectura de Trinidad en Cuba se forjó con la existencia de diferentes elementos, entre ellos mármoles y muebles europeos, hierro forjado, carpintería, bronces, marfiles, mosaicos, vitrales, celosías, entre otros. Pero no todo era lujo en aquella antigua arquitectura; junto al palacio se levantaron casas con paredes de barro y guano y techos de tejas, morada de la mayoría de los habitantes.

El conjunto urbano de Trinidad se distingue por las casas de una sola planta, representativas de las tipologías arquitectónicas anónimas y populares; la recurrencia en el uso de elementos constructivos hispánicos: muros de ripio, cubiertas de madera, tejados de teja "a la española" y revocos de sal, que confieren a la ciudad una fuerte unidad expresiva, un marcado sentido del tiempo y del lugar.

GUATEQUE, ROMERÍA Y PARRANDA EN TRINIDAD, CUBA Festival Country

Guateque, fiesta, romería y parranda... son múltiples las formas de llamar por su nombre a una fiesta campesina; mezcla de alegría y ritual, símbolos inigualables del carácter criollo, "misa en escena" del campesino cubano, sabor a campo como la fruta madura, la dulzura de la caña de azúcar y el aroma del tabaco y el café.

Con el propósito de continuar con la promoción, rescate, conservación y desarrollo de lo más genuino y mejor de nuestras danzas y músicas campesinas y lograr, desde el punto de vista artístico, un espectáculo que conjugue lo auténtico, lo sonoro, el virtuosismo de la música y las danzas campesinas, se unen dos grupos de jóvenes talentosos con inquietudes artísticas y una importante trayectoria: el sexteto "Nueva Imagen" y el grupo de danza "Guaurabo".

El sello inconfundible del producto estará a la vista del cliente durante el "asado de puerco en púa" ubicado en la parte derecha del restaurante y desde donde se hará la recepción a los clientes que nos visiten para el almuerzo o la cena acompañados del delicioso cóctel "Guajirito Soy", emblema de la Villa de Recreo Horizontes Ma Dolores. La posterior degustación de la comida criolla compuesta por pan y mantequilla, ensalada de vegetales, arroz congri, tachinos, postre criollo y café cubano que acompañará al ya mencionado cerdo asado al asador con mojo criollo.

PLAZAS DE TRINIDAD EN CUBA

Plaza Santana

En el pequeño parque llamado Armenteros, situado en la plaza frente a la antigua Cárcel Real de Trinidad de Cuba -actual complejo de servicios- y la Iglesia de Santa Ana, ubicada entre las antiguas calles de Santo Domingo, San Procopio y Santa Ana, hay un pequeño parque que lleva el nombre de Isidoro de Armenteros, quien, junto con Rafael Arcis y Fernando Hernández Echerri, fue ejecutado el 18 de agosto de 1851 por defender la independencia de su país del colonialismo español.

Playa Mayor

Es la plaza más antigua de Trinidad, Cuba; la iglesia se erigió frente a ella. Situada en la parte alta del centro de la ciudad, rodeada de majestuosos palacios, antiguamente iluminada con lámparas de aceite de oliva. Tuvo varios nombres: Plaza Mayor, Plaza de Fernando VII, Plaza de la Constitución, y en los años 1856-57 Plaza Serrano y Plaza Martí. A su alrededor se encuentran varias construcciones de gran valor arquitectónico, cada una con una valiosa historia que contar.

Plazuela del Jigüe

Según la leyenda oral, la misa fundacional de la ciudad se celebró a la sombra de un árbol en el lugar hoy conocido como Plazuela del Jigüe en 1514. Es en este espacio donde destaca la casa de la esquina con porche delantero y fachada que alberga el Restaurante El Jigüe.

Plazuela de las Tres Cruces

En esta plaza, en la calle de la Amargura, se ubican tres grandes cruces de madera que marcan el lugar del Calvario, creado por los lugareños para conmemorar las actividades de la Semana Santa o Semana Mayor y donde los creyentes salen en procesión. En la actualidad se conservan las 14 grandes cruces de madera empotradas en los muros exteriores de las casas que marcan el recorrido de las procesiones hasta el Calvario.

Plaza Carrillo

Original parque situado frente a la Iglesia de San Francisco de Paula. Se denominó Plaza de Carrillo en 1840, en honor del Brigadier Don Pedro Carrillo de Albornoz, a quien se le atribuyen varias obras públicas, como la pavimentación de numerosas calles. Más tarde pasó a llamarse Plaza de Recreo y luego Plaza de Céspedes. Su símbolo distintivo es una enorme cúpula o pérgola construida con piezas de hierro, cubierta por una enredadera que los fenómenos naturales han derribado, volviendo a ser colocada en su sitio gracias al esfuerzo y cariño que los vecinos de Trinidad le tienen. En uno de sus frentes se encuentra el Gran Hotel Iberostar Trinidad, en Cuba.

IGLESIAS DE TRINIDAD EN CUBA

Ermita de Nuestra Señora Candelaria

Conocida como la ermita de La Popa, es uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Consta de una sola nave que incluye un coro alto en la entrada y un presbiterio rectangular en la cabecera. Su cubierta es una cercha de par y cumbrera con tirantes pareados y muy sencillos.

San Francisco de Asís

Es la más importante desde el punto de vista arquitectónico. Fue legada a los padres franciscanos en 1730, y hacia 1813 construyeron una nueva iglesia y convento: la iglesia permaneció abierta al culto, y en la torre se colocaron dos campanas históricas. La robusta torre barroca de la iglesia se alza en el centro histórico de la ciudad como una atractiva atalaya desde la que se puede admirar una hermosa panorámica de la ciudad. Hoy en día, allí se encuentra el Museo Nacional de la Lucha contra el Bandolerismo.

Casas históricas

Casa de los Machados (Casa de la Trova)

En la actualidad, la casa conserva piezas de alto valor patrimonial con fines ornamentales, así como una valiosa colección de discografía nacional y local, a disposición de quien desee verlas o adquirirlas. Cabe destacar el disco "Casa de la Trova. Trinidad en Cuba", producido en 1998 por el sello discográfico EGREM, que constituye la única producción musical realizada por la casa desde su fundación. Desde que la Casa de la Trova abrió sus puertas al público en 1974, han sido muchas las actividades cotidianas que se han desarrollado en este hermoso lugar, con el dulce propósito de promover y difundir este género musical que también forma parte de la tradición e identidad de la ciudad de Trinidad. En cuanto a los trovadores que actúan allí regularmente, podemos citar a figuras como Félix Cintra e Isabel Bécquer. También tienen un espacio regular músicos de la talla de Alberto José Zerquera, Clave Cubana, Dúo Cofradía y Cuarteto Siglo Cubano.

Palacio Cantero

Es una casa del siglo XIX que representa la arquitectura colonial de Trinidad. A cada lado del salón y la sala de estar hay habitaciones. Adosado a la derecha de esta estructura hay un vestíbulo que conduce a la galería y comunica directamente a través de puertas con las habitaciones correspondientes de la primera y segunda crujía. En esta casa encontramos un hermoso patio central totalmente urbanizado, amplio y soleado, con soportales en los cuatro lados, custodiado por galerías de estilo renacentista y convertido en jardín. En la primera crujía se encuentran el salón y los dormitorios, cubiertos con entramados rectangulares de cuatro lados, y en la segunda crujía está la sala de estar, que funciona como prolongación del salón y los dormitorios. En la parte trasera hay una nave dividida en dos estancias. La cocina se distingue por su gran campana sobre los fogones. El palacio cuenta con una majestuosa torre mirador que realza la belleza del edificio, desde la que se puede contemplar el mar y las bellezas de una ciudad congelada en el tiempo.

Hoy en el Museo Histórico Municipal, podemos encontrar la pila bautismal de la Iglesia de San Francisco, que posiblemente pertenezca a la Parroquia original; la bandera de Trinidad de Cuba de 1848, una de las precursoras de la bandera nacional; la jaula de pájaros regalada por el erudito Juan Gunlach a Moserrate de Lara; el escritorio estilo Luis XVI que probablemente perteneció a Justo Germán Cantero, entre otras valiosas piezas.

Una de sus numerosas salas hace referencia a la entrada de africanos esclavizados (1789) en barcos negreros procedentes de África (principalmente Congo y Nigeria). Se puede ver un yugo de esclavo utilizado como castigo. Se hace mención a los 56 ingenios azucareros de la región, mostrando fragmentos de un levantador de caña de la época, una campana y una caldera de hierro utilizada para preparar la melaza.

Palacio del Conde Brunet

Hoy es el Museo Romántico. Muestra, a través de sus salas, el modo de vida de la alta sociedad criolla y las influencias culturales europeas y norteamericanas.

Taberna La Canchanchara

Ejemplo vivo de una de las casas coloniales más antiguas de Trinidad, con preciosos techos de madera y un zaguán en forma de corredor para aliviar las calurosas tardes de verano. En la actualidad, se ha transformado en una famosa taberna por ser uno de los mejores lugares para degustar el cóctel conocido como La Canchanchara, que era utilizado por los mambises como bebida medicinal por sus ingredientes: miel, limón y ron.

Joyas de la artesanía trinitense

La habilidad manual y artística forma parte de la identidad trinitaria, que se transmite de generación en generación, de familia en familia. La artesanía trinitaria en Cuba tiene orígenes tan antiguos como la fundación de la Villa. Relacionada con la identidad y el patrimonio, esta artesanía se cultivó inicialmente como entretenimiento entre las amas de casa de las familias con mayor desarrollo económico.

El trabajo con yarey (un tipo de palmera) tiene gran desarrollo en la zona. Trinidad, en Cuba, marca la pauta y se distingue como una escuela única en esta forma de artesanía, en la que destacó Rafael Zerquera, también conocido como "Tiembla Tierra", seguido de Pedro Pablo Hurtado Varona, quien, al igual que su antecesor, recibió el Premio a Toda una Vida. También están presentes, aunque en menor medida, la talla de madera, la taracea y la marquetería, e incluso la fabricación de muebles.

Alfarería y cerámica

Son especialmente característicos de la región, destacando la familia Santander por sus creativos sonajeros, platos, jarrones y una amplia gama de piezas de barro rojo que hoy se exportan a todo el mundo.

Encaje

Se trata de una tradición heredada de España, practicada por las mujeres en el ámbito familiar, no tanto para paliar el aburrimiento como para satisfacer necesidades domésticas urgentes. En aquella época, las prendas para el servicio doméstico y la confección no se conseguían fácilmente en la Península. Los encajes de Trinidad tienen características distintivas que forman parte de la cultura popular tradicional de la ciudad y forman parte de su patrimonio inmaterial. Estos artículos se encuentran en diversas galerías y mercados de artesanía de la ciudad, donde los artesanos locales ofrecen diferentes tipos de encajes, mallas y encajes de bolillos.

Tejido de fibras

Las piezas de cerámica aborigen llevan huellas de tejidos de fibra creados por nuestros primeros habitantes, lo que da fe de su antigüedad y técnica. Cestas, sombreros, esteras, bolsos y muchas otras maravillas son elaboradas artesanalmente por generaciones de trinitarios que ofrecen sus productos en talleres y ferias del centro histórico.

TRADICIONES CULTURALES Influencia africana en nuestra cultura

La contribución africana a la cultura trinitense, acumulada a lo largo de más de tres siglos, es vital para definir el patrimonio y la identidad locales. La definición de lo que somos hoy no sólo se debe a las transformaciones de las raíces indias por la colonización europea, sino también a las raíces africanas que arraigaron en la población desde los primeros años del mestizaje. Fueron los esclavos quienes formaron asociaciones y cofradías con santos católicos, disfrazando sus verdaderos orígenes pero manteniendo sus raíces africanas. Así, tenemos la presencia de varias cofradías desde el siglo XIX ubicadas en diferentes zonas: 1. "Congos Reales" o San Antonio, de origen bantú, fundada en 1856, siendo la más antigua. 2. Santa Bárbara, fundada en los años 70 del mismo siglo. 3. Yemaya. 4. San Miguel.

Las tres principales creencias religiosas de origen africano que se observan en el país tienen cabida en una ciudad desarrollada con el sudor de los esclavos negros: la Regla de Ocha o Santería, el Palo del Monte y la Sociedad Secreta Abakua.

Tradiciones católicas

• Santa Elena
• San Blas
• Semana Santa
• San Lázaro

Tradiciones populares

Una de las características de la ciudad de Trinidad, que ha llamado la atención de sus visitantes desde tiempos remotos, es la costumbre de muchos residentes de mantener y exhibir con orgullo diversas aves de compañía, capturadas en los paisajes costeros, llanos y montañosos que rodean la ciudad. La referencia más antigua que tenemos sobre esta costumbre procede de mediados del siglo XIX, del naturalista cubano Ramón de La Sagra. Su testimonio nos lleva a afirmar que la captura y cría de aves de compañía se practica en Trinidad desde hace al menos siglo y medio -quizá mucho antes- y que incluso se practicaba en los estratos sociales más altos.

Entre las aves que los trinitarios siempre han preferido tener en cautividad, ya sea por su melodioso canto o por su vistoso plumaje, están el ruiseñor, el camachuelo cubano [del pino y de la tierra], la mariposa, el pájaro azul; pero es el "negrito" el que sin duda se lleva la palma en este sentido. La captura y cría de estos pájaros ha sido uno de los pasatiempos favoritos de las sucesivas generaciones de trinitarios desde tiempos remotos, y no es raro ver jaulas colgadas de balcones y vallas, en las fachadas de las casas e incluso en los lugares de trabajo, de las que emerge el potente canto del "negrito".

Fortificaciones militares

Es bien conocido en la historia colonial de la América española que España dedicó importantes recursos a la defensa de sus colonias en América, especialmente en aquellos puntos de relevancia económica. Las fortificaciones militares fueron una constante en Cuba, desde el punto de vista constructivo y arquitectónico, y se desarrollaron en mayor o menor medida en distintos lugares de la isla según su importancia y recursos.

Fortín de la Vigía

Desde aquí se divisaba una amplia panorámica de la Bahía de Casilda, gran parte del Valle de los Ingenios y las diferentes entradas a Trinidad. Permitía observar todo lo que ocurría en el puerto, ya fuera el constante tráfico de embarcaciones entrantes y salientes o las amenazas de ataques de corsarios, piratas o flotas inglesas. Por otro lado, el fuerte fue un importante testigo de todo el desarrollo económico posterior que tuvo lugar en el valle.

Fortín Vizcaya

También conocido como Fortín de la Mano del Negro, por su proximidad al lugar del mismo nombre, fue construido para la defensa de Trinidad. Al estallar la guerra del 24 de febrero de 1895, fue necesario convertirlo en un fuerte puesto militar para proteger los intereses económicos y políticos que Trinidad representaba para la Metrópoli, amenazada por la actividad bélica y la antorcha incendiaria mambisa.

Cuartel de Dragones

El antiguo "Cuartel de Dragones" también se conoce como Cuartel de Caballería. En un principio, el cuartel se construyó para servir de almacén a los africanos traídos de África y evitar así las posibles infecciones que pudieran traer. Al cabo de unos años, cuando se declaró ilegal el comercio de esclavos, se desalojó y cayó en desuso. Más tarde, se construyó en este lugar el Cuartel de Caballería para alojar a los Lanceros del Rey como refuerzo de la guarnición de la ciudad. Pero no fue hasta 1919 cuando este cuartel se convirtió en estación de ferrocarril, y hoy, en pleno proceso dinámico de Trinidad, este edificio es una moderna Academia de Bellas Artes.

Topes de Coyantes

Lugar situado a unos 800 metros sobre el nivel del mar, rodeado de abundante naturaleza y agradable microclima, a 22 kilómetros de la ciudad de Trinidad.

Museo de Arte Contemporáneo

Ubicado en un chalet, faroles y vidrieras se funden en la arquitectura que ahora alberga una importante colección de pintores contemporáneos cubanos de finales del siglo XX. Cuenta con seis salas permanentes y una temporal. Las sillas y mesas de la sala son originales del chalet, al igual que los adornos de bizcocho y porcelana que atesora. Artistas de la talla de Adigio Benítez, Flora Fong, Manuel Mendive, Nelson Domínguez, Mariano Rodríguez, Pedro Pablo Oliva, Rita Longa y Zaida del Río, entre muchos otros, figuran en la lista de artistas cuyas obras se exponen allí.

La cafetería

El cultivo del café es una de las actividades económicas más importantes del gran parque de Topes de Collantes. Los visitantes pueden conocer los métodos de producción del café y degustar distintas variedades. Tendrán la oportunidad de conocer la historia del café en el mundo, en Cuba y en el macizo de Guamuhaya. Cerca se encuentra el jardín de variedades de café.

El reloj de sol

En 1988, un arquitecto búlgaro llegó allí, y la belleza y el agradable microclima le cautivaron, por lo que decidió dejar su huella haciendo un reloj de sol. Eligió para la instalación la zona central de la cordillera, desde donde indica la hora. Las cuatro entradas del instrumento simbolizan el mismo número de fases de la luna, y entre ellas hay siete bancos que aluden a los días de la semana.

En el Altiplano de Topes de Collantes se distinguen varios sitios de interés turístico: el sendero Caburni, símbolo distintivo del macizo de Guamuhaya, con su majestuosa y espectacular cascada Caburni; el sendero Vegas Grandes, que lo llevará a su igualmente impresionante cascada del mismo nombre, rodeada de frondosos árboles y hermosos paisajes. Bordeando las orillas de un arroyo puro y transparente se encuentra el sendero Batata, con su variedad de flora y fauna, compañeros perfectos durante el recorrido donde podrá visitar una típica casa de adobe y sus habitantes, así como una cueva surcada por profundas y frescas piscinas naturales.

El Parque Guanayara, situado a 15 km del centro de Topes de Collantes, provoca la magia de la naturaleza con su sendero Centinelas del Río Melodioso, que le llevará a descubrir la flora y la fauna de la zona, así como los accidentes geográficos del río, con sus cascadas y pozas. Para los más atrevidos, la travesía por el río les hará sentirse como auténticos campeones, ya que podrán emprender una aventura inolvidable: avanzar por el cañón del río hasta la poza del Venado, un lugar que recompensará su recorrido bañándose en sus aguas puras. Al finalizar la caminata, disfrutarán de un sabroso almuerzo en La Casa de La Gallega, a orillas del río, donde su plato de pollo a la gallega será la guinda de esta excursión.

El Parque de la Codina, situado a 8 km de Topes de Collantes, está considerado un refugio ecológico y antiestrés. El sendero Encantos de Codina le llevará a descubrir sus valores naturales, entre los que destacan un jardín de variedades de orquídeas y otro de bambúes. Un mirador natural, junto con un poco de turismo espeleológico, lo convierten en un sendero único. El cerdo al asador y el inseparable congri criollo hacen de su restaurante otro de los encantos de Codina.

El Parque de El Nicho se encuentra a 30 km del centro de Topes de Collantes y a sólo 2 km del embalse de Hanabanilla. En su sendero Reino de las Aguas se puede disfrutar del nacimiento de un río, rodeado de frondosos árboles y con el siempre agradable canto de las aves, muchas de ellas endémicas. El río y su abrupto relieve crean varias cascadas que discurren de forma impresionante y escalonada.

El valle de los ingenios azucareros

Situada al suroeste de la provincia de Sancti Spiritus y al noreste de la ciudad de Trinidad, tiene una superficie aproximada de 276 kilómetros cuadrados.

Atracciones históricas de Trinidad en Cuba

La ganadería dio al valle su primer uso ya en el siglo XVII. El cultivo del tabaco a orillas de los ríos Agabama y Caracusey lo convirtió en una zona de importantes intercambios en la isla. Hacia 1650 llegaron inmigrantes españoles procedentes de Jamaica con tecnología para la producción de azúcar. Las buenas condiciones que existían para su producción permitieron que esta industria se convirtiera pronto en la más importante de la región, desplazando a las demás hasta prácticamente anularlas.

Paralelamente al auge azucarero, se produjo un aumento de la población, principalmente de la fuerza esclava, lo que trajo consigo un paulatino crecimiento de los asentamientos en torno a los principales ingenios de la región: Guáimaro, Palmarito, Manaca Iznaga, Magua, La Pastora, y otros fundados o habitados por esclavos libres como San Pedro, Caracusey y Condado, que con los años se convirtieron en los centros poblados más importantes del valle.

Atracciones arquitectónicas

Manaca-Iznaga

Se trata de un complejo monumental formado por una casa residencial, un campanario, un almacén-herrería-cocina, un barrio de esclavos y un hospital. La majestuosa torre se alza orgullosa y regia como símbolo del pasado de Trinidad, desafiando los fuertes vientos y huracanes que suelen afectar a la isla caribeña. La torre es testigo de la historia de la región.

Guáimaro

Es un vestigio del próspero periodo del Valle de los Ingenios, visible en las cubas, ruedas y mansiones como el ingenio de Guáimaro. Sus frescos italianos, su amplia escalera de entrada y sus arcos de medio punto atestiguan el poder económico de esta familia trinitaria.

Atracciones arqueológicas

San Isidro de los Destiladeros

Cerca de la casa principal hay un campanario de tres niveles, de 14 metros de altura, decorado al estilo de las construcciones trinitarias del siglo XIX. Esta torre representa el comienzo y el final de cada jornada laboral y es una parte importante del conjunto arquitectónico tradicional de la industria azucarera del Valle de los Ingenios, declarado Patrimonio de la Humanidad. Aquí pueden verse las ruinas de los muros del antiguo ingenio, que demuestran el poderío alcanzado tras siglos de explotación agrícola del fértil valle y trabajo esclavo. También es visible el "tren jamaicano", que servía para cocer el azúcar y ahorrar combustible y mano de obra para el horno.

Atracciones naturales

Guachinango

Esta antigua casa, de unos 300 años de antigüedad y situada a sólo 16 kilómetros de la ciudad de Trinidad, se considera un lugar especial para contemplar el paisaje y aprender sobre la cultura y la arqueología locales. La casa está amueblada con sillas de montar, hamacas y taburetes, y los amables granjeros locales estarán encantados de explicarle su trabajo diario en la recolección de cosechas, la cría de ganado y el ordeño manual de las vacas con métodos tradicionales. La casa está rodeada de árboles frutales, flores silvestres y refrescantes pozas, lo que la convierte en un lugar perfecto para montar a caballo, nadar en el río y disfrutar de un almuerzo criollo tradicional preparado en la cocina reconvertida en restaurante. Los zumos y frutas frescas son el refresco perfecto tras un satisfactorio paseo a caballo.

Península de Ancón

A sólo 15 km de la ciudad, Ancón cuenta con una de las playas más bellas de la isla, bañada por las aguas del mar Caribe. El fondo marino alberga gorgonias, abanicos de mar, corales negros, esponjas y pequeños peces tropicales. La tranquila superficie del mar lo hace ideal para el buceo individual y doble. Los hoteles están situados en primera línea de playa. La playa María Aguilar, con sus 4 km de arena, ofrece una hermosa vista de la puesta de sol, y el hotel Costa Sur cuenta con una preciosa piscina natural.

Marina Marlin

Los amantes del mar pueden disfrutar de diversas actividades náuticas en Marina Marlin, como iniciación al buceo, arrecifes de coral, pesca, paseos en barco y vida a bordo.

• Duración: 2-4 horas. Frecuencia: Diaria
• Marina Marlin Trinidad

También puede visitar las islas de Cayo Blanco y Macho Afuera y disfrutar de estos islotes vírgenes de más de 1 km de largo y 200 metros de ancho. Podrá practicar snorkel, contemplar la flora y fauna endémicas de la zona o, simplemente, darse un buen chapuzón en las deliciosas aguas del mar Caribe.

Excursiones en Trinidad Cuba

Especial Especial

Excursión de 6 horas con visita a la finca Manaca-Iznaga en el Valle de los Ingenios.

• Recogida en los hoteles [vehículo con aire acondicionado y servicio de guía].
• Salida hacia el Mirador del Valle de los Ingenios. Por el camino, vista panorámica del puerto y del pueblo pesquero de Casilda.
• Deténgase en el Mirador para disfrutar de hermosas vistas del Valle, las montañas del Escambray y el mar Caribe.
• Paseo panorámico en autobús por toda la zona, donde se pueden observar restos de la antigua producción azucarera y algunas poblaciones rurales.
• Visita a la finca Manaca-Iznaga.
• Regrese a la ciudad para visitar la Casa de la Alfarería, donde se expone lo mejor de la cerámica trinitense.
• Recorrido por las principales calles de la ciudad, incluyendo la Plaza Mayor y la Plaza Real del Jigüe.
• Entrada a un museo local.
• Visita a La Canchánchara con degustación de bebidas típicas.
• Almuerzo en un restaurante local.
• Tiempo libre en el mercado de artesanía.
• Regreso a Trinidad en Cuba.

Tren de vapor

Disfrute del paseo en esta joya de principios del siglo XX y experimente el viaje de la caña de azúcar hasta el molino.

• Recogida en los hoteles con traslado a la estación de tren para embarcar en el tren de vapor.
• Paseo panorámico en el tren de vapor por el Valle de los Ingenios, donde se pueden ver antiguos ingenios azucareros y algunos pueblos rurales por el camino.
• Parada en el pueblo de Manaca-Iznaga para visitar la hacienda de la familia Iznaga, una de las más importantes de la aristocracia cañera trinitaria del siglo XIX.
• Tiempo libre.
• Regreso a Trinidad en Cuba.

Aventura en la montaña

Disfrute de una auténtica aventura de montaña conducido en auténticos camiones de camuflaje hasta el Parque Guanayara, donde caminará por senderos hasta su cascada y piscina naturales.

• Traslado de ida y vuelta en camión todoterreno.
• Servicio de ecoguía.
• Deténgase en el centro del parque natural para que le expliquen la historia y la importancia de la zona.
• Visita a la Casa del Café, donde se explica el proceso de obtención del café.
• Excursión a la zona de Guanayara, incluyendo el disfrute de diversas vistas del paisaje rural.
• A la llegada, cóctel de bienvenida.
• Recorra el sendero de los Centinelas del Río Melodioso, donde podrá apreciar diversas especies representativas de la flora y fauna endémicas.
• Visita a la cascada del Rocío, con tiempo para un baño en la piscina natural del Venado.
• Almuerzo en el restaurante Casa de la Gallega con una bebida incluida.
• Regreso a Trinidad en Cuba.

Jeep Seafari a El Nicho

No pierda la oportunidad de visitar la cascada más impresionante de Cuba, El Nicho, con senderos de fácil acceso para todas las edades.

• Recogida en los hoteles en jeep 4×4.
• Traslado a Topes de Collantes con parada en la Casa del Café para degustar el auténtico café de montaña.
• Continúe el recorrido por Charco Azul y otras comunidades de Cumanayagua. Excelente oportunidad para apreciar la exuberante belleza natural de estos lugares.
• Al llegar al Parque Natural El Nicho, presentación de su eco-guía e inicio de la caminata por el sendero Paso de las Mariposas.
• Tiempo para fotos en cascadas y pozas.
• Hora de nadar.
• Almuerzo criollo con una bebida en el restaurante del parque.
• Regreso a Trinidad en Cuba.

Valle de los Ingenios en autobús

• Recogida en el hotel (guía no incluido)
• Visita al Mirador del Valle de los Ingenios para disfrutar de hermosas vistas del valle, las montañas del Escambray y el mar Caribe.
• Recorrido panorámico en autobús por el valle, donde se pueden ver antiguos ingenios azucareros y algunos pueblos rurales.
• Visita a la hacienda de Guáimaro.
• Visita a la finca Manaca-Iznaga.
• Visita a la finca Guachinango (paseo a caballo opcional).
• Almuerzo criollo en un restaurante local.
• Tiempo libre.
• Regreso a Trinidad, Cuba.

Parque Natural de El Cubano

• Recogida en el hotel o en las oficinas de Cubanacán (transporte en camión, servicio de guía especializado bilingüe).
• Visita al parque natural de El Cubano por las orillas del río Guaurabo, disfrutando de una vista panorámica de la Sierra del Escambray.
• Cóctel de bienvenida a la llegada.
• Recorrido por el sendero "Tras las Huellas de la Historia" hasta la cascada de Javira, donde podrá observar vegetación y animales endémicos.
• Tiempo libre para nadar en la piscina natural.
• Almuerzo en el restaurante Los Almendros.
• Regreso a Trinidad, Cuba.

Seafari a Cayo Blanco

Disfrute de una relajante navegación por las aguas del Mar Caribe. Una gran oportunidad para practicar snorkel y tomar el sol.

• Salida desde Marina Marlin en la Península de Ancón.
• Embarque y travesía en catamarán o velero hacia Cayo Blanco. Durante el trayecto, podrá observar la bahía, el puerto y el pueblo pesquero de Casilda.
• Snorkel en el arrecife de coral cerca de Cayo Blanco (equipo incluido).
• - Barra libre de bebidas nacionales y almuerzo marinero en el cayo.
• Tiempo libre para nadar y disfrutar de la fauna local (iguanas).
• Regreso al puerto deportivo de Trinidad, Cuba.

Visita a Trinidad, Cuba

• Recogida en los hoteles (vehículo con aire acondicionado y servicio de guía).
• Deténgase en el mirador para disfrutar de hermosas vistas del valle de San Luis, las montañas del Escambray y el mar Caribe.
• Traslado a la zona moderna de la ciudad con visita a la Casa del Alfarero, donde se muestra lo mejor de la cerámica trinitaria.
• Traslado al centro histórico donde se realiza un recorrido a pie por las principales calles de la ciudad. Podrá admirar los edificios, plazas y plazas más importantes de la ciudad, incluyendo la Plaza Mayor y la Plaza Real del Jigüe.
• Entrada a un museo local.
• Visita a La Canchánchara con degustación de la bebida típica de la ciudad.
• Tiempo libre en el mercado de artesanía.
• Regreso a Trinidad, Cuba.