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Manzana de Gómez
Delimitada por las calles Neptuno, San Rafael, Zulueta y Monserrate, la Manzana de Gómez fue el primer edificio construido en Cuba con fines exclusivamente comerciales, lo que la convirtió en el primer centro comercial de la capital durante el período republicano. Incluso en la actualidad, la zona contiene un gran número de tiendas, comercios, cafeterías y villas privadas en Cuba para alquilar en La Habana.
Su construcción data de la década de 1910 y fue llevada a cabo por José Gómez-Mena Vila con un estilo europeo que, además, era completamente novedoso para la época en la isla. Con una altura de cinco plantas, una superficie que abarca toda una manzana o bloque y dos calles diagonales que lo cruzan en todas direcciones para integrar la circulación peatonal interior con la exterior, el edificio fue un gran exponente del modernismo a lo largo de la primera mitad del siglo XX.
Durante la etapa republicana se consolidó en Cuba un crecimiento urbano estructurado a partir de la proyección recreativa y turística que comenzó a adquirir el desarrollo económico del gobierno norteamericano, fundamentalmente en las zonas de La Habana y Varadero.
Hoteles, bares, casinos, casas de alquiler, restaurantes y estructuras comerciales de todo tipo habían alcanzado fama internacional gracias a iniciativas como el plan Forestier, la construcción del Hotel Nacional y la ampliación del paseo del Malecón de La Habana. En este contexto, la Manzana de Gómez se convirtió en una estructura paradigmática dentro del desarrollo comercial de la capital y sus tiendas estaban repletas de los más lujosos productos nacionales, norteamericanos y europeos.
Además, la manzana ocupaba un sitio estratégico, adyacente a importantes atracciones turísticas de la capital como el Museo de Bellas Artes (Edificio de Arte Universal), el bar El Floridita, el Hotel Plaza, el parque central y la calle Obispo, una de las arterias fundamentales de La Habana colonial.
La Manzana de Gómez durante la etapa revolucionaria
Gran Hotel Manzana Kepinski
Al triunfar la Revolución Cubana, el gobierno en cuestión aprobó como una de sus medidas la nacionalización de todas las empresas que existían entonces en el país, incluyendo entidades comerciales, muchas marcas de renombre internacional retiraron sus inversiones de Cuba y/o rompieron relaciones económicas con el país En este momento, La Manzana de Gómez comienza a cerrar varios de sus locales y a reabrirlos con diversas funciones como oficinas, centros educacionales, etcétera.
El edificio empezó a experimentar un desgaste paulatino hasta que se llevó a cabo un proyecto para restaurarlo y convertirlo en un hotel de lujo, que se convirtió en el primero de su categoría en el país. La estructura actual es una réplica bastante fiel desde el punto de vista arquitectónico, aunque se incluyen carpintería, decoración y mobiliario modernos para adaptar el espacio a su nueva función de hotel y centro comercial.
El pasado año 2017 (tras una notable apertura de licencias para el sector privado que incluía el alquiler de villas privadas en Cuba, hostelería, entre otros) se reinauguró el edificio como Gran Hotel Manzana Kepinski. Cuenta con 246 habitaciones con la categoría de cinco estrellas plus, convirtiéndose en un exclusivo complejo turístico en Cuba.
Sus instancias están decoradas con mármoles pulidos y sus tiendas son sucursales de marcas de alto prestigio internacional como Gucci, Bulgari, Lacoste, entre otras. Varias de ellas aparecen por primera vez en la isla caribeña y han despertado el interés de un nuevo tipo de turismo internacional, más orientado a los servicios de lujo. Paralelamente, el sector privado se ha desarrollado en los alrededores, promoviendo el mejor alojamiento en villas privadas en Cuba.
